5 vectores de innovación en 2018
¿Cuáles son las principales tendencias de innovación en 2018? ¿A qué claves hay estar atentos para conocer las direcciones en las que evolucionará la I+D+i a lo largo del año y dónde hay más oportunidades?
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Te indicamos varios vectores de innovación a los que debes seguir la pista: digitalización (con tecnologías como Big Data o IoT con un nivel de madurez suficiente como para implantarlas en diferentes sectores); la descarbonización de la energía; la evolución hacia una economía circular; la preparación del nuevo programa marco de la UE para innovación e investigación (sucesor de H2020) o el despegue de la Compra Pública de Innovación (CPI) son algunos de ellos.
1. Digitalización
Después de tanto tiempo hablando de la transformación digital, 2018 puede ser el año en llegue definitivamente a las empresas en opinión de Fabián Varas, director técnico de CTA.
Big data, internet de las cosas (IoT) o UAV (vehículos aéreos no tripulados, como los drones) son algunas de las tecnologías más prometedoras por su capacidad transformadora de los negocios que ya han alcanzado un nivel de madurez suficiente para aplicaciones concretas en múltiples sectores: desde las telecomunicaciones hasta el transporte público, pasando por servicios de energía, banca, distribución, agricultura o industria.
Sin duda, veremos novedades de impacto este año en agricultura de precisión e Industria 4.0, que suponen la aplicación de nuevas tecnologías de robótica, sensórica, IoT y Big data, entre otras, a estos sectores para hacerlos más eficientes, sostenibles y productivos.
2. Descarbonización de la energía
Es innegable la necesidad de evolucionar hacia una descarbonización de nuestro modelo energético (es decir, una menor dependencia de los combustibles fósiles), como afirma el responsable del sector energético en CTA, Germán López, no sólo para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero establecidos por la UE sino para frenar el temido cambio climático y reducir la dependencia energética.
Esta evolución debe hacerse, además, garantizando la seguridad del suministro y la competitividad del sistema energético, lo que plantea grandes retos tecnológicos que sólo pueden resolverse a través de la innovación.
Las tendencias en I+D+i en este ámbito estarán dirigidas a la mejora del coche eléctrico, la eficiencia energética, el almacenamiento de la energía de fuentes renovables y el desarrollo de nuevas fuentes como el biogás.
Todas las grandes compañías energéticas están haciendo movimientos en este sentido. Las petroleras, como Repsol y Cepsa, han anunciado que sus nuevos planes estratégicos incluirán, por primera vez, un capítulo importante destinado a la producción de energía limpia. Iberdrola lleva tiempo haciendo bandera de la energía renovable (sobre todo, eólica), y Gas Natural Fenosa también potenciará la actividad de su filial verde, Global Power Generation, mientras que la matriz de Endesa, Enel, ha anunciado varios nuevos contratos de energía limpia en América.
El Gobierno ha dado vía libre a casi 9.000 MW renovables en las tres subastas celebradas en los últimos dos años, pero, como los adjudicatarios tienen de plazo hasta finales de la década para construir las centrales, se prevé que el boom de proyectos tendrá lugar entre 2019 y 2020. Los proyectos de innovación necesarios para que las nuevas instalaciones sean eficientes y competitivas tendrán que desarrollarse desde ya.
3. Economía Circular
La economía circular promueve una extensión de la vida de los materiales y los productos para reducir la generación de residuos. Frente a la actual economía lineal basada en “transformar-consumir-desechar” como si los recursos fueran ilimitados, se propone evolucionar a una economía circular en la que los productos se diseñen pensando en que sus componentes puedan volver a utilizarse con una mínima energía y máxima retención de calidad.
La responsable del sector biotecnológico de CTA, Gloria de la Viña, explica que el concepto de economía circular está cobrando fuerza impulsada por la Comisión Europea en su apuesta por un crecimiento inteligente, sostenible e integrador. Una de las siete iniciativas emblemáticas de la estrategia Europa 2020 es “una Europa que utilice eficazmente los recursos”, una idea que constituye el fundamento de la economía circular. La adaptación de las fábricas, la manera de producir y de consumir y todo el modelo económico en general a una economía circular va a plantear grandes retos de innovación en los que muchas empresas y organismos de investigación andaluces tienen mucho que aportar.
El Gobierno de España está a punto de publicar de forma definitiva la Estrategia Española de Economía Circular, actualmente en fase de borrador para información pública.
4. Nuevo programa marco europeo para la innovación
El ambicioso octavo programa marco para la investigación e innovación de la Unión Europea, conocido como Horizonte 2020 (H2020) y con un presupuesto de más de 76.880 millones de euros en ayudas, se aproxima a su fin y 2018 será un ejercicio clave para el siguiente gran Programa Marco, el noveno. Se establecerán las bases y prioridades y los diferentes lobbies sectoriales y por países moverán ficha al respecto.
El director de Desarrollo de Negocio de CTA, David Páez, explica que sabemos que la Comisión Europea quiere maximizar su apuesta por la innovación y enfocar la I+D europea a generar riqueza empresarial y económica, poniendo el foco en las pymes y emprendedores y creando nuevos instrumentos más ágiles.
Cómo afrontar el cambio climático, el impulso de la economía circular, la digitalización de la economía y resolver los nuevos retos de seguridad (sobre todo frente a las nuevas formas de terrorismo) pueden ser algunas de las grandes misiones hacia los que la Comisión Europea quiere centrar el apoyo a la investigación y la innovación.
Como hemos visto en el último programa de trabajo de H2020, la tendencia es una mayor orientación de las ayudas a impulsar la innovación más cercana al mercado o con potencial de crear nuevos mercados. Asimismo, es previsible un mayor énfasis en una mejor difusión de los resultados y un refuerzo de la ciencia abierta para facilitar el acceso a los resultados de investigación para conseguir el máximo aprovechamiento del esfuerzo realizado. También se apuesta por una simplificación para ampliar la participación de los países con menor rendimiento y reducir así los desajustes de capacidades entre unas economías y otras de la UE.
5. Compra Pública de Innovación
A lo largo de 2018 y en próximos años, veremos probablemente cómo se convocan numerosos procesos de Compra Pública de Innovación (CPI), el procedimiento por el que las administraciones y otros organismos públicos pueden comprar tecnología que todavía no existe pero que se pude desarrollar en un periodo razonable.
El director de Desarrollo de Negocio de CTA, David Páez, señala que “será difícil aprovechar de manera eficiente los fondos FEDER concedidos a España y Andalucía para desarrollar la CPI si no se acometen importantes movimientos en 2018”. La CPI será una herramienta fundamental para acelerar la convergencia en innovación de Andalucía y España con los países más desarrollados, ya que tiene un potencial sin precedentes para movilizar innovación privada a partir de la demanda pública.
De hecho, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía acaba de aprobar en febrero la estrategia de Compra Pública de Innovación del gobierno andaluz, para lo que cuenta con un presupuesto de 50 M€ hasta 2020 procedente de Fondos FEDER.
La CPI es una potente herramienta para movilizar innovación privada a partir de la demanda pública, mejora la competitividad del tejido empresarial (puesto que les permite desarrollar innovación con un cliente asegurado) y ayuda a modernizar la administración y ofrecer mejores servicios a los ciudadanos.
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